Consulta médica: 10 situaciones que la pueden arruinar.

Terminas el día después de decenas de consultas, tú agotado y algunos pacientes molestos ¿un mal día… o un mal médico? A continuación te mencionamos 10 situaciones que pueden arruinar tu consulta médica y cómo remediarlo.
El médico mala onda
Incomodar a los pacientes es fácil. Basta con una cara poco amigable, actuar con indiferencia ó demostrar lo cansado que estamos para que el paciente diga que el doctor “estaba de malas”. El médico es una figura que debe inspirar cordialidad, por lo que te sugerimos ser cortés (presentarte, dar la mano, llamar a los pacientes por su nombre, sonreír, etc.), así como mantener un ambiente relajado y armónico. Ello ayudará a evitar la molestia de los pacientes y hará más fácil tu consulta médica.
La verdadera impresión diagnóstica
No es que tengas que parecer portada de revista, pero los pacientes como mínimo esperan que te veas limpio y vistas apropiadamente, al fin y al cabo pondrán su salud en tus manos. El aspecto desaliñado o la bata percudida son por lo regular datos de mal pronóstico para tu consulta médica (y para tu imagen). Además, no olvides ser puntual, el paciente nunca te perdonará cuando lo hiciste esperar 40 minutos porque “te atoraste” en el tráfico. Recuerda que la primera impresión es la que cuenta.
¿Seguro que es eso doctor? ¡Seguro!
El paciente espera que el galeno sea un experto en la materia (si no lo creyera hubiera recurrido a la vecina), por lo que vigila cada uno de tus movimientos en la revisión médica. Aunque esto te puede causar ansiedad, ¡no te preocupes! la clave está en parecer siempre seguro de lo que haces (aunque en ocasiones no lo estés). Ellos sienten que están en las manos adecuadas cuando les das la atención en forma coherente, ordenada y siempre con el principio de que se trata al paciente, no a la enfermedad.
Pase usted Mr. Cushing…
Seguro te ha pasado que ni siquiera preguntaste el nombre de un paciente porque querías terminar la consulta médica a tiempo, esto puede ser molesto para ellos pues creen que no se les toma en cuenta. Llama a los pacientes por su nombre, se ha demostrado a tres cuartas partes de ellos les agrada ser llamados por su primer nombre (o nombre de pila). Además recuerda que no son números o enfermedades sino que estás tratando con personas: el paciente se llama Pedro, no es el señor de la gonartrosis.
Ajá…¿y qué más?
Después de una veintena de pacientes quizás te parezca justificable darle el avión a tus pacientes, pero ¿pensarías lo mismo si estuvieras en su lugar? Deja a un lado las redes sociales mientras estés en consulta; detalles como mirar a los ojos a tu paciente, asentir con la cabeza y escucharlo con atención, ayudan a fortalecer la relación con él. Para ellos, estar enfermos les afecta física y emocionalmente, por lo que se ha demostrado que la evolución es más favorable cuando son escuchados con atención.
6. El médico humanoide
Si no le das confianza al paciente será difícil que deje que lo explores en forma adecuada durante la consulta médica. A veces los pacientes sienten que los médicos están deshumanizados y que no les importa su opinión, los primeros necesitan expresiones reales de preocupación para ser completamente honestos con su estado de salud. Desgraciadamente en ocasiones el clínico no tiene esa sensibilidad necesaria: algo de humor, un abrazo (si ya conoces lo suficiente al paciente) y el intercambio abierto de opiniones pueden ser la clave para salir adelante en una consulta difícil. Y tú, ¿le brindas confianza a tus pacientes?
Duro y directo en la consulta médica
El interrogatorio dirigido es clave para optimizar tiempos en la consulta médica, lograr una recolección de datos adecuada y claro, para que los pacientes no se conviertan en “impacientes”. Si bien es importante saber que a tu paciente geriátrico le picó una abeja a los 6 años, quizás esa información no sea relevante para el manejo de su diabetes mellitus. Preguntas abiertas pero dirigidas, escucha activa, priorizar datos y asegurarse de que se comprendió la información, son algunas herramientas para hacer del interrogatorio una verdadera mina de información clínica y terminar de atender a todos antes de la hora de salida.
Más claro ni el agua
Sabemos que explicar las enfermedades o procedimientos con terminología médica le hace bien a tu ego, pero no a tu consulta pues implica una barrera de comunicación. Los tecnicismos no deben ser utilizados o sólo en casos necesarios, por lo que explicar con peras y manzanas es una buena idea. Sé claro y utiliza lenguaje acorde al paciente: toma en cuenta el grado de estudios, grupo étnico, edad e incluso sus creencias religiosas.
Respect!
El respeto es indispensable para una adecuada interacción con tu paciente, será difícil que puedas obtener un interrogatorio veraz o realizar una exploración física completa si no muestras respeto. Evita a toda costa gestos, sonrisas o comentarios que puedan ofender a tu paciente; recuerda que esto puede tener hasta repercusiones legales.
¿Doctor, cómo salieron mis exámenes?
Por último, debes tener tacto para dar malas noticias. No lo tomes a la ligera, sugerimos preparar el entorno, averiguar qué información conoce acerca de su enfermedad y cuál le interesa saber. Además, explicar la situación en forma gradual, responder a su reacción y por último sugerir un plan de tratamiento. No olvides que…
Ahora ya sabes por qué algunas consultas médicas son un fracaso… ¡imperdonable que olvides este #Loquedebessaber!, desde hoy evita los errores, trabaja en tus debilidades y perfecciona tu práctica médica.
Referencias Bibliográficas
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