Triage Hospitalario en Urgencias: Aprende a Realizarlo Correctamente.

Triage

¿Los pacientes en urgencias te exigen ser atendidos? Saber realizar un triage hospitalario en el servicio de urgencias es necesario para priorizar la atención y salvar vidas. A continuación una breve guía sobre cómo realizar un triage de manera correcta.

Debes conocer y saber diferenciar una emergencia de una urgencia, ya que a pesar de ser similares, se diferencian en el grado de urgencia vital, es decir, en el daño que se puede causar a la vida y la función. La urgencia es un problema que, independientemente de la etiología y de la gravedad, requiere atención médica. Debido a su evolución lenta y raramente mortal, su atención no necesita ser inmediata. Sin embargo, no debes dejar pasar más de 6 horas.

En contraste, en la emergencia está en peligro la vida del paciente o la función de alguno de los órganos. En este caso no debes tardar más de 1 hora en atenderlo. Después de este tiempo el riesgo de complicaciones mortales se dispara de manera significativa.

Evaluación del Paciente en el Triage

En el triage hospitalario no debes tardar más de 5 minutos en evaluar a tu paciente, ya que en urgencias el tiempo es de vital importancia. Para esto realiza un adecuado triage: éste te permitirá establecer una valoración inicial para diferenciar si la atención requiere ser inmediata o no. Para esto sigue los siguientes pasos:

  • Realiza una evaluación rápida de la vía aérea.
  • Analiza el motivo de la urgencia: pregunta de manera específica y dirigida lo que te interesa saber del paciente, esto para poder identificar lo más rápido posible la causa de la consulta y realizar una impresión diagnóstica adecuada.
  • Evalúa los signos vitales.
  • De acuerdo a los resultados de los puntos anteriores determina el lugar en el que se llevará a cabo el tratamiento dependiendo si es una urgencia o una emergencia.

Asigna un Color al Paciente en Triage

Una vez que identificaste el nivel de gravedad, asígnale un color a tu paciente y especifícalo cuando lo hospitalices, esto sirve para que cualquier médico o profesional de la salud reconozca la gravedad del caso inmediatamente:

  • Rojo indica una emergencia. En este caso se pone en riesgo la vida y su atención debe de ser inmediata, debe de ser atendido en la unidad de reanimación ó en sala de choque. Algunos ejemplos de este color son: paro cardiorrespiratorio, quemaduras en más del 20% del cuerpo, trauma mayor, pérdida del estado de alerta, falla respiratoria aguda o dolor torácico.
  • Amarillo: asíganlo cuando exista una urgencia. La atención no requiere ser inmediata porque no pone en riesgo la vida, así que puedes atenderla en el área de observación de urgencias. Ejemplos de este caso son: déficit neurológico, hematuria franca, deshidratación moderada, obstrucción incompleta de la vía aérea, dificultad respiratoria moderada, dolor abdominal agudo, trauma menor, hemorragias sin repercusión hemodinámica.
  • Verde (la gran mayoría):  es una urgencia no calificada. Las condiciones del paciente no ponen en peligro su vida a corto ni a largo plazo, así que no tiene un tiempo límite de atención. Ésta debe realizarse en la sala de espera del área de urgencias. Ejemplos: patologías infecciosas que no requieran hospitalización, contusiones menores o no recientes, gastroenteritis sin deshidratación y con tolerancia a la vía oral, patología crónica agudizada, pacientes recomendados.

¡Recuerda!

Es indispensable saber diferenciar los conceptos de urgencia y emergencia en cualquier servicio de urgencias. Ahora que sabes cómo hacerlo no tendrás problemas al atender, clasificar y manejar a tus pacientes mediante el triage hospitalario.

Referencias Bibliográficas

Cerda, G. M. (2012). ¿Qué es una Emergencia?. Archivos de Medicina de Urgencia de México, 4 (2), 81-84.

Rivas (2013). Manual de Urgencias 3ra edición. Madrid: Editorial Panamericana.

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